Cuba: donde los sueños aprenden a nadar...
Visité Cuba con mi gran amiga Mafer, mucho escuchamos sobre este gran país, pero puedo decir que las palabras no bastan, ni hacen justicia para describir Cuba o las cosas que se viven allí hoy por hoy...
Sin lugar a dudas fue un viaje lleno de sorpresas y yo no pude dejar de reirme porque me parecia ilógico que pudiesemos estar tan jodidas si solamente ibamos de vacaciones!!! Era como ver la ley de Murphy en acción, y nosotras eramos las protagonistas.
El primer capítulo de esta triste historia se llama "el shock del CUC". Este es quizás el consejo más importante que se le puede dar a aquellos que tengan pensados visitar este paraiso caribeño; en Cuba existen 2 monedas oficiales: el peso cubano (moneda que usan los cubanos) y el CUC (moneda que usan los turistas). El CUC tiene un valor de 1 a 1 con el dólar américano, pero lo que no te dicen es que en Cuba al cambiar dólares por ley te aplican un recargo del 20%; esto quiere decir que 1 dólar es igual a 0.80 CUC.
Regla No. 1: Llevar Euros o cualquier divisa, excepto el dólar norteamericano para comprar CUC.
El segundo capítulo se llama "víctimas del bloqueo". En Cuba se aceptan 2 tipos de tarjetas de crédito: visa y mastercard; pero sólo si han sido emitidas por bancos que no sean norteamericanos; y entiendase por norteamericanos no sólo los bancos en Estados Unidos, sino todas sus filiales y bancos comprados por bancos norteamericanos a nivel mundial (incluyendo fusiones y adquisiciones)... Imaginen la sorpresa de mi amiga cuando le explicaron que Banamex (Banco Nacional de Mexico) había sido comprado por citigroup!!!
Además todos los ATM son del estado, entonces las únicas tarjetas de débito que funcionan son las que tienen logo de visa o mastercard; y obviamente que no sean emitidas por bancos norteamericanos. Ojo paisanos panameños, porque en Panamá las tarjetas de débito por lo general no tienen logos de visa/mastercard y sólo funcionan con redes como cirrus y plus; que tampoco funcionan en Cuba.
Regla No.2: Tarjeta de crédito visa o mastercard unicamente y que no hayan sido emitidas por bancos Norteamericanos.
Luego de que habiamos pasado por el shock del CUC, ATM, y tarjetas de crédito; en el hotel me explicaron que aunque di los datos de mi tarjeta por internet y recibí un mensaje diciendo que mi tarjeta fue procesada y me dieron un número de confirmación; en Cuba, eso no necesariamente se traduce a que la tarjeta fue cargada. Eso sólo quiere decir en algunos casos, que la tarjeta ha sido retenida como garantía en caso de que se cancele la reservación a última hora; es decir sirve sólo para que te cobren la penalidad. Entonces al llegar al hotel, tuvimos que pagar con el poco efectivo que teniamos.
Una vez en el hotel, pudimos ver cosas no muy comunes en el resto del continente y realmente asombrosas y bastante triste según se vea... Vimos una recepcionista en el hotel que hablaba fluido en alemán; todos los meseros que hablaban en francés e italiano; y una prostituta políglota que hablaba sueco, inglés, español y no sé que otros tantos idiomas más....todos ganando el mismo salario $250 pesos al mes y sin posibilidades de ser ascendidos.
También conversamos con una señora que a cambio de ropas y zapatos; nos deseo muchas bendiciones con lágrimas de alegría y me dio uno de los abrazos más cálidos y sinceros que he recibido en mi vida... sólo por ese momento, volvería a vivir mil veces más toda la odisea del CUC y las tarjetas...
Bebimos los mojitos más ricos del planeta que fueron preparados con todo el cariño de un señor que nos doblaba la edad a ambas, pero no por eso dejo de hacer todo lo posible por hacernos sentir las mujeres más bellas del lugar....
Caminamos por las calles de la vieja Habana bajo un sol intenso a una temperatura de 250º y aún así logré sonreir en cada foto, en cada esquina; me perdí en las miradas iluminadas de ojos curiosos y de indescriptible belleza que seguían cada uno de mis pasos. Me deje consumir por la mezcla entre magia y melancolía que se enconde en cada rincón de la Habana.
Paseamos por callejones, edificios hermosos pero grises, lugares de arquitectura imponente pero que hoy no son más que ruinas y recuerdos tristes de la que fue quizás la ciudad más majestuosa del Caribe.
Escuche y vi la alegría con la que goza la gente su música. Me emocioné mucho al ver como alaban y bailan para sus Santos en los momentos más gozosos y con toda humildad digo que me sentí tan pequeña cuando los escuché una y mil veces agradecer a Dios y a la vida por las bendiciones recibidas.
Me bañe en un mar de azules y turquesas indescriptibles, no hay palabras que hagan justicia a las creaciones de "Yemaya".
Yo sí regresaría a Cuba, una y otra vez, no con una sola sino con varias maletas llenas de cosas para dar a quienes encuentre en mi camino. Con la mente abierta para escuchar realidades que aunque son tristes, son tan relevantes como las que se pueden escuchar en cualquier otra parte del mundo. Quizás son estas las más importantes, porque nos brindan la oportunidad de devolver parcialmente las infinitas bendiciones que recibimos día tras día.
Un abrazo,
-Hady.
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